Recuerdo

Bajas abrir envuelta en tu bata de toalla roja y tus pantuflas violetas chinas. Estuviste llorando, me doy cuenta. Los ojos rojos e hinchados. Me miras con una sonrisa culpogena. No te disculpes nenita, tu tristeza me calienta. En la cocina te estrecho en mis brazos por primera vez mientras lloras sobre mi hombro y sorbes tus lagrimas- no sera la ultima vez que te vea asi-. Nos sentamos y deslizo mi mano dentro de la bata y siento tus pequeños pechos, tus pezones que siempre estaran duros. Mi otra mano baja hasta tu entrepierna, abierta. Te llevo a la cama, y comenzas a llorar de nuevo. Me alcanzas para que te abrace mas fuerte. Haces ruidos como un niño indefenso o un motor. Te beso los ojos, y te froto la cabeza, te aprieto contra mi. Mi pija se siente tan dura contra tus muslos. Abro la bata y te toco. Murmuras algo. Imagino un "No" y no ceso de besarte los ojos, y las mejillas, y tu corto cabello que huele a toda la orfandad del mundo. Me incorporo, me saco los jeans y me pongo un forro que saco de tu mesita de luz custodiada por un ejercito diminuto de gatos de porcelana que nos observan, recelosos. Vos, en la cama, enroscada como un animal hambriento y herido, llorando y balanceandote. Los ojos bien cerrados derraman una catarata. Te abro las piernas y siento tu tajo. Esta seco, pero acomodo mi verga y empujo. Con la otra mano amaso tu teta y aprieto tu pezon. Exhalas. No dejes de llorar, muñeca. Te muerdo el labio y me lo como. Asi, hermosa concha, asi, dulce y estrecho. Pobrecita mi bebita. Te acaricio la cabeza, te beso en la boca, te chupo los ojos. Se siente hermoso, adoro ver como te retorces e intentas escapar. Quieta, te digo, y te abofeteo en la mejilla, las piernitas abiertas para mi, asi bebe, linda conchita.