25 de noviembre de 2008. Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres. Mi amante switch anarcosindicalista y yo dábamos un paseo bajo el agobiante calor porteño. 35 grados. Discutíamos mis muy controvertidas 31 tesis acerca de "¿A qué mujeres nos referimos cuando decimos el movimiento de mujeres?".
Nos detuvimos a descansar en Plaza Congreso. No había cobijo alguno donde guarecerse del sol. Calientes y de malhumor, me grita "¡Puta de mierda, callate la boca y chupame la pija!" Me quedé paralizada, lo único que se movió en mi cuerpo fue una lágrima desde mi ojo izquierdo que se deslizó subrepticiamente hacia el interior de mi entrepierna cubierta tan solo por ligera calcita veraniega y que solo logró provocarle más excitación. "Disculpame amorcito, no lo hago más, dejame mamarte esa verga inmensa que tenés acá adelante de todo el mundo", le dije.
Pero no alcanzamos a darnos cuenta que justo en ese momento pasaba la manifestación de un grupo de mujeres feministas, que vinieron corriendo alzando sus manos y vociferando toda suerte de improperios anti-varón.
"Mierda, carajo", dijo mi amante "Estoy en el horno." Pero cuando las feministas ya tenían casi sus manos sobre él, la más fiera alzó la voz y bramó "¡Hermanas, no es acaso esa la puta de Leonor Silvestri?!" "¡Si compañera! Esa sucia anarcopervertida traidora del movimiento feminista con sus sucias y machistas tesis contra el esencialismo y la naturaleza femenina , esa violenta patriarcal sabelotodo!"
La turba le permitió a mi amante quedarse observando, quieto y calladito, mientras me desnudaban, manoseaban , golpeaban y violaban con sus tremendos dildos por violenta patriarcal, traidora de la causa en el medio del calor céntrico al son de los tambores.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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